La psicóloga Penny Patterson enseñó en los años setenta el sistema de signos americano (ASL, de su nombre en inglés American Sign Language) a una hembra de gorila llamada Koko. Esta llegó a aprender varios cientos de signos y a entender un número similar de palabras habladas.
Un día, Patterson mostró a Koko un grupo de gatos para que escogiera el que más le gustaba. El encuentro entre ambas especies puso de manifiesto un perfecto ejemplo de empatía, ya que para que un ser del tamaño de un gorila interactúe con un felino tan pequeño sin lastimarlo, debe ajustar sus movimientos y caricias teniendo en cuenta la fragilidad del destinatario, algo que Koko realiza a la perfección.
El día en que uno de sus queridos gatos murió, Koko no paraba de realizar las señales que se corresponden con los conceptos de “malo” y “triste”. La hembra de gorila expresó de este modo que comprendía perfectamente la tragedia del suceso.
Fuente: SomosPrimates
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